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LA SABIDURIA DEL AGUILA El águila es el ave con mayor longevidad de esas especies. Llega a vivir 70 A los 40 años, sus uñas están apretadas y flexibles y no consigue tomar a sus En nuestras vidas, muchas veces tenemos que resguardarnos por algún tiempo y
LAS CAJAS DE DIOS Tengo en mis manos dos cajas que Dios me dió a guardar. A pesar de que la dorada se hacía más pesada día con día, la negra Lleno de curiosidad, abrí la caja negra para ver lo que ocurría, Le pregunté: Dios mío, ¿por qué me diste las cajas? Y él me respondió: "Hijo mío, la dorada es para que tomes en
EL MURO Dicen que una vez un hombre, era perseguido por varios malhechores que querían matarlo. El hombre ingresó a una cueva. Los malhechores empezaron a buscarlo por las cuevas anteriores de la que el se encontraba. "La fe es creer que se tiene lo que no se ve. Perseverar en lo imposible" Pedimos cosas que desde nuestra perspectiva humana son lo que necesitamos, pero Como en esta lectura, a veces pedimos muros para estar seguros,pero no tendría ningún mérito pues sabríamos y tendríamos la certeza de que estamos protegidos, Dios en cambio nos pide además confianza en Él, para dejarlo que su Gloria se manifieste y haga que algo como una telaraña nos de la misma protección que una muralla.
LAS TRES REJAS El joven discípulo de un filósofo sabio llega a casa de éste y le dice: "NO ANDARÁS CHISMEANDO ENTRE TU PUEBLO". Levítico 19:16
LAS GRIETAS Un cargador de agua de la India tenía dos grandes vasijas que colgaban a los extremos de un palo y que llevaba encima de los hombros. Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba toda el agua al final del largo camino a pie, desde el arroyo hasta la casa de su patrón, pero cuando llegaba, la vasija rota solo tenía la mitad del agua. Durante dos años completos esto fue así diariamente, desde luego la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para los fines para los que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque solo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su obligación. Después de dos años, la tinaja quebrada le habló al aguador diciéndole: "Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas solo puedes entregar la mitad de mi carga y solo obtienes la mitad del valor que deberías recibir." El aguador apesadumbrado, le dijo compasivamente: "Cuando regresemos a la casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino." Así lo hizo la tinaja. Y en efecto vio muchísimas flores hermosas a lo largo del trayecto, pero de todos modos se sintió apenada porque al final, sólo quedaba dentro de sí la mitad del agua que debía llevar. El aguador le dijo entonces "¿Te diste cuenta de que las flores sólo crecen en tu lado del camino?. Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por donde vas y todos los días las has regado y por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi Madre. Si no fueras exactamente como eres, con todo y tus defectos, no hubiera sido posible crear esta belleza." Cada uno de nosotros tiene sus propias grietas. Todos somos vasijas agrietadas, pero debemos saber que siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener buenos resultados. Uno no deja de reír por hacerse viejo, se hace uno viejo por dejar de reír.
Callar de sí mismo es humildad.
EL FOGÓN IMPOSIBLE Era una región muy fría. Los hombres eran pobres y no tenían medios para defenderse contra una temperatura que los mataba. Una viajero pasó por esa región y se apenó mucho. El viajero era muy sensible al dolor y amaba a las personas que sufren. Y pensó mucho tiempo cuál podría ser la solución para aquel problema. Después de largas reflexiones creyó posible una salida. Aquellos hombres podrían reunirse en la noche, cuando el frío se hacía más crudo, y abrigarse todos juntos a un fogón. Hizo un primer viaje. Él mismo llevó la leña para el gran fogón y explicó su proyecto a la gente de la región. Como no podía llegar él mismo al lugar donde se haría el fuego salvador, entregó a cada persona un pedazo de buena leña. A varones y mujeres, a los adultos y a los niños, a todos les entregó un trozo de leña de acuerdo a sus fuerzas. Dejó las instrucciones necesarias, y se fue con la promesa de regresar cada día con una carga de leña para el fogón de cada noche. El sol cayó rodando detrás del horizonte. El frío cabalgó sobre la brisa y comenzó a correr sobre la región. Los habitantes de la región se pusieron lentamente en marcha, hacia el lugar indicado hacia el fogón de cada noche. Llegaron, formaron un gran círculo en torno al lugar indicado. Se miraban silenciosos los unos a los otros. Cada uno abrazaba entre sus ropas un pedazo de leña, como si fuera su propia salvación. El jefe de la región se dirigió al centro del círculo y dijo a los que estaban reunidos: “Gracias a la bondad del viajero que nos visitó, se compadeció de nosotros, hoy dormiremos sin temor de morirnos de frío. Encenderemos una gran hoguera con la leña de cada uno, y dormiremos al abrigo de su calor”. Y fue a sentarse en su lugar en el círculo. Él también apretaba entre sus ropas un pedazo de leña, como si acariciara su propia salvación. Hubo un largo silencio… nadie se movió de su lugar… cada uno apretó más fuerte entre sus brazos su propio pedazo de leña. El frío se hizo como cintas de acero y cortaba la piel. Todos comenzaban a temblar… Uno dijo al de su lado: “dónde está el fogón”. El otro respondió: “yo no veo nada, nos engañaron!”. Un confuso murmullo recorrió la ronda. Era de rabia y de protesta. Después fueron gritos, discusiones e insultos. Y comenzaron a levantarse para marchar a sus casas… Cada uno llevaba entre sus ropas un pedazo de leña. Y lo acariciaba como su propia salvación. El frío congeló las voces de la región. El silencio era como bloques de hielo que apretaba los árboles y las casas con un guante de cristal. El sol anunció la bondad de un nuevo día. Sus primeros rayos fueron rompiendo el cerco del frío.. La aldea despertó. Pero durmió en muchos que habían muerto. Y llegó nuevamente el viajero generoso. Venía con su carga de leña… Los habitantes de la región comenzaron a salir de sus casitas precarias. Se acercaban al viajero amigo… Lo miraban con ojos de rabia. ¡Y cada uno apretaba entre sus ropas un pedazo de leña, como si acariciaran su propia salvación…! El viajero amigo no comprendía. De pronto gritaron juntos: “¡Usted nos engañó, fuimos al lugar señalado y no encontramos el fogón. Se nos murieron muchos de frío!... Y el buen hombre comprendió, entonces con mucha calma pero con una voz tan potente que les dio miedo a los habitantes de la región, les dijo: “Idiotas, ¡Ustedes son responsables de los que anoche murieron de frío¡ ¿No les dí acaso la leña necesaria para que todos se abrigaran junto al fuego? Pero ustedes son tan ruines y mezquinos, que cada uno guardó su pedazo de leña. ¿No se dan cuenta de que la gran hoguera sólo se hará si todos entregan su pedazo de leña?...” Y el viajero amigo se marchó amargado. Los habitantes de la región se miraron y se alejaron a sus casas pensando…
ÉL NO LO RECUERDA Había un hombre maduro de 41 años llamado Juan, que un día me dijo que había cargado consigo y mantenía en secreto un pesada carga por un error cometido hacía muchos años atrás. Cuando tenia 21 años había cometido el "grave error". A nadie nunca se lo había compartido, pero sus amigos mas cercanos sabían que él se había arrepentido. Aún así, el llevaba el gran peso de la falta de perdón a si mismo, que no podía comprender la raíz de su situación. Probablemente tú estas llevando una carga pesada de hace años o tiempo atrás. No has encontrado la verdadera libertad que una confesión en arrepentimiento delante de Dios te puede dar. Es necesario entender que no hay error por mas grande que este sea que Dios no pueda perdonar y una ves confesado y no nunca lo recordará. |
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